Sin ir a la búsqueda de la inspiración, simplemente paseando por una calle y observando una pared de cal desgastada por el paso del tiempo, me traslado a una época donde sobre la propia hambre, prevalecían el arte, la alegría de vivir  con poco y el afán de transmitir la pura verdad en el cante, en el toque y en el baile.

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Me encontré con un retrato de La Paula, fui absorbida totalmente por la expresión de sus ojos y por el color moreno de su tez, desgastada al igual que aquella pared ; La Paula me quiso llevar a su vida, a su historia, a su locura... Su amor  perpetuo e inmortal a su madre, a la que nunca quiso abandonar, hasta que en el final de sus días, haciendo de la miseria un arte, escapó de la locura humana para vivir en la cordura en la que sólo unos pocos saben vivir.. Con este proyecto rindo homenaje a esta bailaora malageña y en él os contaré a dónde la calidez de sus colores y la fuerza de su semblante quisieron transportarme.

Susana Lupiáñez La Lupi

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